Privando sentires III: En mis adentros


Me he privado con mis dones de actor
el hecho de que en penumbras te amo.
Me niego a que reconozcas mi amor
si por perderte te lo proclamo.

En tu ausencia me lo niego a privar.
Me encierro en mi ser y miento al disfrazar
que en mi mente te sigo sin descansar.
Por más que quiera, prometa e intente
luchar e ir en contra de la corriente,
sucumbe el corazón, indiferente,
a razonar sobre el temor de añorar.

El temor de perder por siempre mi nombre en tu voz
si no corresponde el amor que encierra mi silencio;
perder mi reflejo en tus ojos y que en ellos queden
marcado por siempre el abismo de un vacío inmenso.

Un simple gesto dio comienzo a nuestra historia.
Ahora combato contra el tiempo por ti,
pues no concientizo la idea de morir así,
sin antes tener un beso tuyo en mi memoria.

Ansío que se escuche mis suplicios
cuando ruego con voz al cielo;
ruego que me logre entender
lo que carcome mis adentros
y me hace buscarte con tanto anhelo;
ruego que, una vez exprese mi sentir,
no huyas a manos del olvido
buscando su eterno consuelo.

Con júbilo al sinfín huiré de mis encierros
cuando mis gemidos al fin abracen tu presencia;
cuando contemples lo que mis temores oprimieron,
y lloré ante ti todos estos francos sentires
pidiendo que des a mi corazón una sentencia.